Mala jornada para nuestras chicas
El partido de esta jornada fue suspendido “sin motivo” por el árbitro cuando iba a comenzar la tercera parte, después de que una jugadora visitante tuviera que ser trasladada al hospital tras un encontronazo fortuito
No fue precisamente un día para recordar este sábado en el que las nuestras recibían al Elgoibar en el polideportivo Ispilla, debido a una serie de desafortunados acontecimientos que no deberían suceder en este deporte.
El partido comenzó con un Elgoibar volcado, tanto en ataque como en defensa, donde su defensa adelantadísima hizo que las nuestras tuvieran muchísimos problemas para progresar con el balón, lo que propicio que, en apenas 5 minutos, las visitantes ya vencieran por 6 goles de diferencia.
Así transcurrió el encuentro, con las visitantes desbocadas en ataque y las amarillas sin poder hacer nada por evitarlo. Ello hizo que la ventaja fuese creciendo a cada minuto que pasaba, ya que las blanquirrojas no tuvieron piedad en ningún momento.
Todo marchaba más o menos dentro de los límites que permite el reglamento, exceptuando algunas acciones defensivas por detrás que fueron correctamente sancionadas por el árbitro con tarjetas y exclusiones, aunque daba la impresión de que era mucho más fácil señalar y sancionar las infracciones en el área de las nuestras.
Fue entonces cuando ocurrió el desafortunado incidente que desencadenó el desconcierto: en uno de los muchos robos de balones realizados por las visitantes se originó un contraataque; la jugadora que llevaba el balón había materializado ya varias de esas acciones, y todas ellas saltando con la pierna levantada hacia la portera, con el peligro que ello acarreaba; pues bien, esta vez sucedió lo mismo, con la diferencia de que la portera local (Noelia González de Ulibarri) también saltó hacia delante para intentar detener el lanzamiento con la mala suerte de que se produjo entre ellas un choque bastante fuerte.
Resultado: la portera local salió del choque con un fuerte dolor en el costado producido por la patada de la visitante, aunque fue ésta última quien salió peor parada, ya que se quedó tendida sobre la cancha sin poder moverse y con grandes dificultades para respirar a causa de un golpe en el pecho. Ante la gravedad de la situación y el notable dolor que sufría la atacante, se llamó a una ambulancia y se optó por no desplazarla hasta que no llegasen las asistencias médicas. Dichas asistencias llegaron, atendieron a la jugadora y se la llevaron al hospital.
Ese fue el momento en el que comenzó todo. El árbitro, que era un chico muy joven, se vio clarísimamente superado por la situación y, viendo el dolor de la lesionada, vio la necesidad de buscar algún culpable de una acción que había sido totalmente fortuita y fruto de la mala suerte. Por ello, mostró la tarjeta roja a la portera amarilla, según él, porque “ha puesto en peligro la integridad física de la rival”, cuando, repito, se trató de un choque totalmente accidental y, en todo caso, la única culpable fue la visitante, que saltó con la pierna hacia la portera y le asestó una patada.
Tras mostrar una tarjeta roja totalmente injusta, se reanudó la segunda mitad y se disputó lo poco que quedaba, para llegar al último descanso con el resultado de 6-23 favorable a las visitantes. Durante ese descanso, y tras dar ambos entrenadores las instrucciones pertinentes a sus chicas, el árbitro se disponía a comenzar la última parte y se le aproximó el preparador visitante diciéndole que no querían seguir jugando. Acto seguido, el colegiado declaró suspendido el encuentro y al pedirle explicaciones dijo: “suspendo el partido porque ya ha habido una desgracia y no quiero que haya otra”. La cara de todos los presentes era de foto. Los locales dijeron que si suspendía el partido porque las rivales no querían seguir jugando debería otorgar la victoria al Urola, a lo que él respondió con un prepotente “eso lo decido yo”.
Por lo tanto, estamos a la espera de lo que diga la federación sobre el resultado del encuentro, ya que aun no sabemos si se dará por finalizado y, de ser así, a quién se le otorgará la victoria, porque recordemos que el Elgoibar se negó a seguir jugando.
Desde aquí queremos dejar bien claro que censuramos la actuación y el comportamiento del árbitro (hace pensar que cada vez que se lesione algún jugador hay que suspender el encuentro “por si acaso hay otra lesión”), pero no la de los integrantes del equipo rival ni del público, que fue ciertamente ejemplar. En cuanto a la jugadora lesionada, pudimos llamar al club visitante y nos dijeron que no tenía ninguna lesión grave, tan sólo un fuerte golpe en el esternón, y que ya se encontraba en su casa.