Carta anonima
Se ha recibido una carta anonima de una persona, la cual nos pide si la podemos publicar. Como nos ha gustado la vamos a meter en portada para que la vean.
YO JUEGO AL BALONMANO.
Camino por las calles de mi pueblo hasta que me encuentro con mis compañeros, todos llevamos en nuestras manos una bolsa de deporte, jugamos al balonmano. Nos cruzamos con otra gente, de los que muchos desconocen lo que practicamos. Algunos de esos mismos, se permiten hablar de los jóvenes en la creencia de que nosotros, en general, somos personas poco comprometidas, con falta de responsabilidad, desganados...
Desconocen, que nuestra afición, la realizamos de forma voluntaria, siendo un acto que nos compromete al largo de todo la temporada, representando a nuestro pueblo en otros lugares. Es nuestra afición, nos gusta, pero la temporada dura casi un año y en algunas ocasiones, nos cuesta cumplir, pero lo hacemos. A veces llueve, hace frío, se acaba tarde. Otros descansan o están en el garito. Nosotros respondemos.
Cuando llegamos al polideportivo, seguimos con nuestro compromiso, pero al igual que en la calle, también sentimos ese frío de invierno. Pero duele aún más, esa indiferencia que nos hace inexistentes. Las gradas con sus asientos vacíos, nos dicen con ese lenguaje figurado, que lo que hacemos carece de interés, no tiene importancia.
Imaginaros, lo que se han perdido, lo no visto y lo no sentido. Somos un equipo, jugamos con nuestras manos y nuestras piernas y con lo que más se juega, la motivación, ese espíritu que nos hace ser los mismos ante un graderío lleno o casi vacío.