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Dolorosa derrota en el derby ante Ormaiztegi (22-23)

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Un apático Urola Lazti perdió ayer una preciosa oportunidad de consolidarse en los puestos altos de la tabla al no poder vencer a un Ormaiztegi mejor plantado en el campo que se tomó el encuentro mucho más en serio que los nuestros.

No hay nada que excusar del partido celebrado ayer en el Ispilla. Merecida derrota de un equipo que no dio en ningún momento la imagen que de él se esperaba, que es la de un equipo compacto, que no es que aspire a jugar la fase de ascenso, sino que lleva toda la temporada en los puestos que dan derecho a ella; por ello, ayer se esperaba mucho más de este equipo que terminó decepcionando a los asistentes, sobre todo en la segunda mitad.

El encuentro comenzó como se esperaba, con duras defensas que no permitían llevar a cabo la tarea ofensiva con fluidez, lo que propició que el tanteador fuese aumentando muy poquito a poco. Vistos esos primeros minutos, estaba claro que sería un partido con pocos goles, lo cual daba aún más importancia, si cabe, al trabajo defensivo.

La primera mitad transcurrió con pequeñas diferencias en el marcador, aunque siempre favorables a los visitantes, que encontraban portería con demasiada facilidad; todo lo contrario que los nuestros, que se estrellaron una y otra vez contra el guardameta visitante, que se mostró altamente inspirado en la jornada de ayer. Así, al descanso se llegó con un resultado de 10-12 favorable a los blanquiverdes.

En la reanudación pareció reaccionar el equipo local, que igualó en tanteador y hasta logró ponerse dos goles por encima en varias ocasiones, pero parecía que el balón quemaba en las manos de los nuestros, que no supieron matar el partido cuando tuvieron la oportunidad, y dejaron que los visitantes volviesen a tomar la iniciativa y se pusieran por delante a falta de diez minutos para el final. Esos diez minutos finales se caracterizaron por una gran igualdad, que hizo que no se dieran diferencias de más de un gol a favor de ninguno de los dos equipos. En esos minutos finales, el cansancio hizo mella en los locales y la “nula” rotación de banquillo les pasó factura; de este modo, no hubo ideas ni sangre fría cuando realmente eran más necesarias.

Un lanzamiento desde los siete metros a falta de medio minuto para el final dio a los visitantes una merecida victoria (22-23), victoria que escuece en Zumárraga-Urretxu, y que debería hacer recapacitar a los amarillos acerca de muchas cosas, si es que aún desean estar entre los tres primeros a final de temporada.

Así no se juega una fase de ascenso, los puntos nunca se consiguen antes de jugar los partidos y, lo que es más importante, la actitud es fundamental para poder ganar cualquier encuentro, pero también para poder perder cualquiera. Veremos que ocurre en la próxima jornada, en la que los nuestros se desplazan a San Sebastián, para enfrentarse al Egia, un equipo siempre correoso. Será un partido duro, a pesar de lo que a priori pueda parecer mirando la clasificación.